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sábado, 27 de abril de 2013

EN REP. DOM.: CASOS MIGRATORIOS DE HAITIANOS: ¿DISCRIMINACION RACIAL O VENGANZA? ¿POR QUE LOS HAITIANOS EXPULSARON A LOS ARABES DE HAITI?


Por Julio Reyes
WASHINGTON, D.C.- En una nación dónde todos tenemos el sello de inmigrantes bien sea en calidad de tránsito, es decir, sin estatus definido migratorio y muchos cometieron actos fraudulentos y de corrupción para alcanzar su residencia y luego su ciudadanía, de hecho, nuestros orígenes desde la llegada a la isla Hispaniola del grupo de Cristóbal Colón, junto a todos los ex-prisiones que tenían el Gobierno Español, posteriormente se registra una máxima migración del Viejo Continente Europeo.
Hay que decir que no así con los descendientes de Árabes, que arribaron por los distintos puntos fronterizos de la República Dominicana, luego de ser expulsados de Haití, ya que las autoridades haitianas los obligaron abandonar el territorio por la presión de los comerciantes y trabajadores locales que hicieron tal solicitud, ya que para ellos estos constituían en una serie amenaza para su desarrollo labor y comercial. Haití fue el país con la economía más solidad del hemisferio fuera de las grandes potencias económicas mundiales y eso hacía que a la nación llegaran gente de todas partes del mundo, en un abrir y cerrar de ojo de convirtió en la más pobre producto de la dictadura que azotó a ese país, además, la corrupción política y los bloqueos internacionales al régimen dictador vino el desplome de su  ex sólida economía y hasta el día de hoy no se han podido levantar, aumentando la miseria, la inseguridad y la corruptela a todos los niveles con un severa descomposición social.
Es bueno recordar que, el máximo tribunal de comicios dijo además que emitirá un documento oportuno que explique la existencia de unos 22 mil 673 expedientes correspondientes a hijos de madres o padres extranjeros (haitianos) que fueron remitidos a Migración, pero usted no ve ningún movimiento, ni entidad extranjera de otra nación protestando para que se resuelva su caso de un originario de su país, excepto los vecinos de Haití, que dando en evidencia que las autoridades les han hecho frente con un odio despiadado a estos seremos humanos que huyen de la miseria y de la extrema pobreza.
El Departamento de Estado, hizo este anuncio porque debido a que es difícil de refutar por su notoriedad se produjo días después de que el director de Migración, José Ricardo Taveras, de claro que su oficina solamente tiene registrados 90 mil inmigrantes de diversas nacionalidades, cuando EE.UU. sitúa en hasta 1 millón 200 mil solo haitianos. Sin lugar a duda las autoridades de nuestro país mienten de una manera vulgar, no son responsable ni dan una señal para reajustar a miles de jóvenes, niños, y adultos que han estado viviendo por décadas en la República Dominicana, y aquellos que han llegado recientemente y han cometidos fraudes con el auspicio de funcionarios del Estado Civil de la jurisdicción correspondientes deben ir a la justicia para que respondan por sus actos de corrupción. 
Las razones que tiene el gobierno de los Estados Unidos publicaron recientemente su informe sobre la situación de los derechos humanos en la República Dominicana, en el cual menciona la situación en que viven los inmigrantes haitianos y sus descendientes, víctimas de discriminación y en situación de apátridas, es algo correcto, eso no pasa con otros inmigrantes de otras naciones.
En cuanto al caso de los más de 19 mil dominicanos de ascendencia haitiana que se ha visto afectados por la resolución 12 de la Junta Central Electoral, este indicó que, “el tema debe ser abordado con seriedad técnica y negó que se esté aplicando retroactivamente la ley a estos casos, este hombre miente, porque es contrario a lo que está pasando porque son muchos los jóvenes adultos que son profesionales, otros que han terminados sus estudios segundarios, y en algunos casos existen casos que jóvenes peloteros aficionados listos para ser firmados por una organización de Béisbol de las Grandes Ligas y sus padres han ido a solicitar una acta de nacimiento teniendo cedula y pasaporte, se les ha negado tal documento y solo les dicen que sus papeles están siendo investigados, perdiendo la oportunidad de cambiar su situación socio-económica, como así a muchos profesionales y estudiantes.

ES BUENO PREGUNTAR: ¿DISCRIMINACION RACIAL O VENGANZA? 

Como una muestra discriminatoria racial y venganza hacia los haitianos nuestros vecinos se remontan después de la ocupación de Jean Pierre Boyer, lo que fue la tercera invasión que procedía de Haití al territorio de la parte este de la isla Hispaniola. La historia cuenta que la misma no hubo perdida humana, ni mucho menos derramamiento de sangre y fue aceptada pasivamente por la población dominicana.
Tenemos que indicar, que la población dominicana fue entreguista y por lo que, la aceptación se debió quizás al terror que habían infundido por la manera de las anteriores invasiones haitianas y como fue reconocido que el ejército dirigido por Boyer, era mayor. Como se evidencia, ellos nos tuvieron bajo su dominio luego de la ocupación haitiana que misma se inició en Santo Domingo el 9 de febrero de 1822, teniendo como comandante en jefe al militar de mano dura de  Jean-Pierre Boyer, se extendió por 22 años, hasta el 27 de febrero del 1844. Por lo que, se puede precisar que de ahí nace el odio y discriminación anti-haitiana, como si estuviera vivo Boyer.
Luego el dictador Rafael Leónidas Trujillo, de raíces haitianas aumento ferozmente sus resentimientos anti-haitiano y fue el gran promotor de esta actitud negativa hacia los originarios de Haití, a pesar de que el mismo inicio las contrataciones de nacionales haitianos para el corte de la caña convenio entre las dos naciones, siendo el Consejo Estatal del Azúcar (CEA) la entidad que hacia las contrataciones directas.
Años posteriores de su derrocamiento el otro dictador de los 12 años, y luego 10 de años más que tuvo en la presidencia, en total 22 años de mando como lo fue Joaquín Balaguer, jugando la doble moral por un lado contrataba a los haitianos para labores de corte de caña en los ingenios del estado, y por otro, apoyaba y promocionaba la idea discriminatoria hacia a los haitianos para bloquear así el arribo al poder de José Francisco Peña Gómez, por tener origen haitiano.
HISTORIA: La vecindad con Haití convirtió desde siempre la frontera que separa ambos países en un punto de idas, regresos y permanencias. En el período que va desde la segunda mitad del siglo XIX hasta el final de la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo (1961) es que se producen, no obstante, flujos de inmigrantes verdaderamente importantes. Presenta otras dos vertientes de inmigración fundamentales: la llegada de braceros de las Antillas y luego de empresarios, campesinos, comerciantes y refugiados políticos llegados de islas vecinas y Europa.
La inmigración masiva de braceros de las Antillas es impulsada por la necesidad de mano de obra barata para la realización de obras públicas y el corte de caña de la industria azucarera de capital extranjero que cobra auge a partir del último tercio del siglo XIX. Es precisamente durante la primera ocupación norteamericana, entre el 1915 y 1925, que se concentra el mayor número de braceros importados.
Primero predominaron los procedentes de las Antillas Menores (inglesas), en especial durante el tránsito del siglo XIX al XX; pero luego, sobre todo desde el segundo cuarto del siglo XX, los haitianos constituyen mayoría. Estos últimos no sólo se ubicaron en torno a los grandes ingenios (La Romana, San Pedro de Macorís, Barahona, etc.), sino que también se asentaron paulatinamente en el lado dominicano de la frontera.
Muchísimo menos numeroso que el anterior fue el grupo de empresarios, campesinos, comerciantes y refugiados políticos. Esta clase de inmigrantes hizo aportes significativos en lo económico, social y cultural. En un primer momento estuvo conformado por refugiados políticos y empresarios impulsados por los procesos de independencia de Cuba y Puerto Rico. Luego, la Guerra Civil Española y el inicio de la Segunda Guerra Mundial atrajeron españoles, italianos y alemanes (en especial de ascendencia judía).
Cabe mencionar también el plan de colonización agrícola que Trujillo desarrolló a lo largo de línea fronteriza. A fin de contrarrestar la presencia y asimilación de haitianos en la zona y garantizar la suficiencia alimentaria, Trujillo desplegó una campaña para atraer europeos, sirio-libaneses e incluso japoneses a cambio de tierras que pudieran cultivar.
Desde el derrocamiento del dictador los flujos migratorios se han intensificado. Los procesos inmigratorios han aumentado y se han acelerado. Hoy es evidente que la colonia extranjera más numerosa es la haitiana pero también se aprecia un dinamismo creciente respecto a la entrada de otros extranjeros, procedentes de Europa, debido al auge del turismo.
Las organizaciones locales creen que la Junta Central Electoral no tiene intención de implementar los objetivos de la orden judicial y en su lugar pretende inscribir a los demandantes en el registro de extranjeros (Libro de Extranjería), lo que significaría que abandonan su derecho a la nacionalidad dominicana.  Al negarles continuamente a los demandantes sus documentos de identidad,  la Junta Central Electoral está perjudicando gravemente sus derechos a la educación, salud y otros derechos humanos.

BATALLAS GANADAS LEGALMENTE

El 29 de mayo, un tribunal en San Pedro de Macorís en la República Dominicana, ordenó a la Junta Electoral Central entregar inmediatamente documentos de identidad y electorales a un grupo de 28 dominicanos de ascendencia haitiana.
La Corte declaró que la Junta Central Electoral había violado los derechos del grupo, al negarle sus documentos, incluyendo su derecho a la dignidad humana, la igualdad ante la ley, la libertad de la discriminación y su derecho a una nacionalidad. El 16 de julio, un tribunal de El Seibo, República Dominicana oriental, dictó una sentencia similar para un grupo de 101 dominicanos de ascendencia haitiana. Sin embargo, desde entonces, la Junta Central Electoral no ha implementado la decisión de la corte.
Las organizaciones locales creen que la Junta Central Electoral no tiene intención de implementar los objetivos de la orden judicial y en su lugar pretende inscribir a los demandantes en el registro de extranjeros (Libro de Extranjería), lo que significaría que abandonan su derecho a la nacionalidad dominicana.  Al negarles continuamente a los demandantes sus documentos de identidad,  la Junta Central Electoral está perjudicando gravemente sus derechos a la educación, salud y otros derechos humanos.
El 29 de mayo, un tribunal en San Pedro de Macorís en la República Dominicana, ordenó a la Junta Electoral Central entregar inmediatamente documentos de identidad y electorales a un grupo de 28 dominicanos de ascendencia haitiana.
La Corte declaró que la Junta Central Electoral había violado los derechos del grupo, al negarle sus documentos, incluyendo su derecho a la dignidad humana, la igualdad ante la ley, la libertad de la discriminación y su derecho a una nacionalidad. El 16 de julio, un tribunal de El Seíbo, República Dominicana oriental, dictó una sentencia similar para un grupo de 101 dominicanos de ascendencia haitiana. Sin embargo, desde entonces, la Junta Central Electoral no ha implementado la decisión de la corte.
Amnistía Internacional ha recibido testimonios que indican que las visitas incluyen cuestionamientos a los demandantes sobre el estatus migratorio de sus padres. Las visitas han estado ligadas con amenazas, intimidación y presión al pedirles que a firmen papeles en blanco.


LOS “ÁRABES” EN REPÚBLICA DOMINICANA: ¿POR QUE FUERON EXPLUSADO DE HAITI? ¿QUÉ TAN ANTIGUOS SON? ¿DE DONDE LLEGARON?

Tomando en cuenta lo que escribió Edwin Rafael Espinal Hernández, él relata lo siguiente: “Un grupo de árabes llegó a nuestro país en 1911, procedentes de Haití. Entre este grupo se cuentan los Dumit (Badui Dumit), los Fadul, los Ramia, todos originarios de Mezziara en el Líbano. También vinieron entonces los Antonio, los Howley, los Jaar y tal vez los Hasbún”.

Esa migración tuvo su origen en las enérgicas peticiones de los comerciantes haitianos y extranjeros para que se expulsara a todos los árabes de aquel país vecino. Entre 6,000 y 7,000 árabes se habían radicado en Haití con esa primera oleada migratoria.

Por su número, cohesión, e intereses se habían convertido en una fuerte competencia para los grandes comercios de firmas haitianas, francesas y alemanas, por lo cual el gobierno haitiano había promulgado leyes desde 1903 limitando las actividades de los árabes, en su mayoría de origen sirio (Ver Nicholl, Boletín Museo del Hombre, p. 165-166). En su gran mayoría eran analfabetos, y no podía esperarse más de un pueblo colonizado y de un grupo minoritario, como eran esos cristianos maronitas – una isla dentro de un mar de musulmanes.

Miles de libaneses, sirios y palestinos habrían de embarcarse – a menudo ilegalmente – para llegar al “Nuevo Mundo”. Esa diáspora significó una disgregación de los grupos familiares, quienes, muchos años después, llegarían a descubrir parientes en lugares tan distantes hasta llegar al caribe.

Muchos árabes arribaban a Puerto Plata creyendo que estaban en Haití, y luego decidían quedarse, ya que un lugar podía resultar tan venturoso como otro. Algunos simplemente no querían pasar más días de travesía en barco, experiencia poco agradable para los que no pueden viajar a todo lujo.
El escritor e historiador Julio Amable González Hernández, hizo los siguientes aportes: Los procesos migratorios son de particular interés para los genealogistas. Toda genealogía se inicia con una inmigración. La llegada a diferentes ciudades de nuestro país durante el siglo XIX. Las emigraciones producen un fenómeno inverso. Las muy diversas condiciones sociales, políticas y económicas que han producido al través de nuestra historia esos movimientos migratorios de individuos y familias, han sido estudiadas y documentadas en diversas obras.
A partir del 1883, la República Dominicana fue receptora de una apreciable cantidad de inmigrantes árabes, los cuales se distribuyeron por casi todo el territorio nacional. Esa corriente migratoria duró hasta las primeras décadas del siglo XX. Cabe señalar que el término “árabe” es usado de forma genérica en toda América Latina para denominar los inmigrantes procedentes de Siria, Palestina, El Líbano y en ocasiones hasta de Egipto, por ser naciones que tienen en común la condición de árabe-parlantes. Sin embargo, la mayoría de estos inmigrantes procedieron de El Líbano.

Los recién llegados de Medio Oriente no tenían recursos económicos y su nivel académico era muy bajo. Originalmente se dedicaron al comercio buhonero, pequeñas tiendas o bazares. Una vida muy austera y una dedicación extrema al trabajo produjeron en varios años una mejora de las condiciones económicas de los árabes en República Dominicana.

Con algunas excepciones, la segunda y posteriores generaciones de estos inmigrantes no se dedicaron al comercio. Los ya nacidos en territorio dominicano estudiaron diversas profesiones, incursionaron en la industria, el comercio, la banca y en muchas otras actividades nacionales.

El aporte positivo de los descendientes de esa inmigración es considerable. Resulta casi imposible citar una actividad social, cultural, empresarial, deportiva, científica en la cual descendientes de esos inmigrantes árabes no hayan descollado en forma sobresaliente.

En los años post-migración hubo cierta movilidad geográfica de árabes dentro del territorio dominicano, la cual se incrementó en la segunda mitad del siglo XX. Sin embargo, podemos todavía relacionar e identificar los apellidos árabes con los pueblos donde estos originalmente se asentaron, se desarrollaron y prosperaron.

SANTIAGO: Abinader, Abisaad, Albaine, Baduí, Bojos, Dumit, Ega, Elías, Fadul, Gobaira, Haché, Hapud, Helú, Hued, Jacobo, Jorge, Khoury, Lama, Matta, Miguel, Ramia, Sahdalá, Sahad, Sajour, Salomón, Serulle, Sued, Tallaj, Turbair, Yapur, Yunén, Zaiek, Zouain. SANTO DOMINGO: Abel, Abikaram, Azar, Badía, Baik, Bacha, Busiler, Elmúdesi, Elías, Hasbún, Hedded, Herrera, Isa, Jaar, Jana, Kair, Kaluche, Kaussa, Kuret, Lama, Mahuad, Majluta, Mané, Musa, Mustafá, Najri, Nahum, Nicolás, Raful, Selman, Terc, Tonos, Wessin, Yapur, Yarull, Yaryura, Yeara, Yege, Yunes, Zaiter.
 SAN PEDRO DE MACORÍS: Acta, Alam, Antún, Bulú, Calán, Caram, Dip, Fadul, Feris, Haché, Hazim, Helú, Isaac, Jacobo, Javis, Kasse, Merip, Musa, Nicolás, Risi, Bassa, Elias, Bulu, Salomón, Sasso, Zaglul, Malla, Zuleta, Azar, Albizu, Levy, Miguel, Mallen, Cury, Dimas, Niemen, Caffaro, Elmúdesi, Bengoa, Jacobo, Lama. LA ROMANA: Abraham, Camasta, Dhimes, Fatule, Garip, Matar, Pablo, Salomón, Sansur, Sorbo.
EL SEYBO: Chahín, Kair, Muffdy, Sequie, Tuma. HIGÜEY: David, Sansur. HATO MAYOR: Bassa, Hoffiz. PUERTO PLATA: Musa, Naar, Salvador. TAMBORIL: Dájer. SAN FRANCISCO DE MACORÍS: Abukarma, Acra, Asilis, Atallah, Calazam, Chabebe, Chaljub, Esmurdoc, Lajam, Risek, Rizik, Saba, Tabar, Tillán, Yangüela.PIMENTEL: Achécar, Aude.
 SALCEDO: Salomón, Yermenos. LA VEGA: Canaán, Saad, Tactuk. CONSTANZA: Abud. MOCA: Baba, Badía, Dabas, Gitte, Isaac, Lulo, Resek. BONAO: Tawil.SAMANÁ: Abikaram, Besi, Disk, José, Malek, Malum. SAN CRISTÓBAL: Abdalah, Jacobo, Paniagua, Risk, Siri. BANÍ: Isa, Subero.
 BARAHONA: Asmar, Cury, David, Hazoury, Hesny, Jaar, Kury, Lama, Matar, Melgen, Morales, Rick, Sabbagh, Salomón, Saud, Sarraff, Yennie, Yunes. AZUA: Jorge, Saha, Scheker. NEIBA: Ibrahim, Succart. SAN JUAN DE LA MAGUANA: Bacha, Bichara, Botakam, Dauhajre, Herrera, Heyaime, Isa, Mafout, Michelén, Miguel, Nassín, Nicolás. LAS MATAS DE FARFÁN: Arbaje, Howley.
Nota del motivador escritor de este artículo, el periodista Julio Reyes (sus origen cocolo-español): Observe que tal, como hicieron estos inmigrantes árabes así hicieron los de origen afro-ingleses, afro-francés, afro-holandés, y Puerto Rico, de las islas del caribe, por los que los haitianos tienen estas mismas ubicaciones. Autor de este artículo: (los datos históricos son de la exclusividad de sus escritores y no de Julio Reyes. (Neici M. Zeller Santo Domingo, D.N.diciembre de 1997). (Julio Amable González Hernández  sus publicaciones,  INSTITUTO DOMINICANO DE GENEALOGÍA, INC.)

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