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jueves, 22 de enero de 2009

Joven de 25 años se lanza de Quinta Planta porque no se le paraba

"PARIGUALLO, PARA ESO HAY EJERCICIO Y ESTIMULANTES RECETADOS QUE NO TE AFECTARAN EL CORAZON, NO TOME USTED EL EJEMPLO DE ESTE PALOMO".

Dominicanoshoy.com
Santiago.- Un joven deprimido porque desde hace un tiempo tiene problemas de erección sobrevivió al lanzarse de la quinta planta del edificio que aloja al Hospital Regional José María Cabral y Báez, de Santiago.José María Coronado Cuevas, de 25 años de edad, en otras dos ocasiones ha intentado quitarse la vida al ingerir sustancias tóxicas.El joven estaba interno, amarrado de la cama en el hospital Cabral y Báez y al lograr que sus parientes lo desataran, alegando que se sentía bien salió raudo y veloz, cuan buitre en la llanura, rompió los cristales del pasillo donde se encontraba recluido y se lanzó al vacío, pese al esfuerzo que hicieron seis hombres para evitarlo.El hombre al no lograr sus propósitos por tercera vez, comenzó a llorar y a golpearse la cabeza con una piedra y exclamaba que “cosa tan gran he hecho” que no me dejan morir.Según médicos del hospital Cabral y Báez que lo examinaron, Coronado Cuevas sólo sufrió algunas heridas y golpe, pero no revisten gravedad.Uno de los enfermeros del hospital Cabral y Báez explicó que al joven Coronado Cuevas se le aplicó un medicamento denominado atropina, usado para bloquear los efectos del veneno.Añade que entre los efectos secundarios de la atropina figura la desorientación, naúsea y pérdida momentánea de la memoria, pero resulta efectivo en el bloqueo de órganos fosforados y evita la muerte de las personas que hayan ingerido sustancias venenosas.La madre de Coronado Cuevas explicó que en dos ocasiones su hijo ha intentado suicidarse con ingesta de veneno, pero ha logrado sobrevivir.Según vecinos y algunos de sus familiares, el hombre ha entrado en una depresión crónica luego que fracasara en un encuentro íntimo con una mujer, la cual se encargó de hacerlo público entre todo el vecindario.Los parientes se quejaron porque un funcionario del hospital preguntó primero por quién iba a pagar el vidrio roto por Coronado Cuevas y no por las condiciones de su hijo.Sergio García, director de relaciones públicas del hospital José María Cabral y Báez, explicó que gracias a Dios el paciente que se encontraba atado en la quinta planta logró sobrevivir con algunas lesiones y heridas leves.

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